El último año me mostró una parte de mi humanidad que por lo general suelo desconocer, me refiero a la vulnerabilidad de mi propia vida.
Para los que me conocen saben que desde hace 9 años decidí entregar mi vida a la que considero una causa noble: “el emprendimiento”, esto me ha permitido conocer a miles de personas en más de 40 ciudades diferentes en latam conectándome a nivel personal, emocional y profesional, y aunque muchos no lo sepan esta actividad llena de eventos, meetups, Hackathons y resolución de retos corporativos en varios países siempre ha tenido un gran riesgo para mi vida.
Cierro los ojos para recordar las veces que he estado en riesgo mortal (o por lo menos así se ha sentido) y narrarles algunas de las veces en la que pensé “aquí ya valí…” La primera vez fue en 2013, viajando por carretera entre Manizales y Fresno, donde dos camiones que venían compitiendo ocuparon los dos carriles y literalmente nos salimos de la vía en una zona de abismos; la imagen de un acantilado sin fondo se fijó para siempre en mis recuerdos y lo único que vino a mi mente en ese instante fue la satisfacción de haber cumplido con la Hackathon de Ciudades Inteligentes para el Banco Mundial donde más de 130 personas compitieron por un viaje a Inglaterra para representar a nuestro país en la cumbre mundial de Smartcities de ese año… La siguiente vez fue finalizando el año 2014 viajando a Guatemala con el movimiento DAL Desarrollando a América Latina donde una tormenta eléctrica sacudió al avión mientras sobrevolamos El Salvador, fue la primera vez que vi el pánico de las azafatas corriendo de un lado a otro mientras caían las máscaras de oxígeno sobre nuestras cabezas, sólo me repetía en mi mente “morí en mi ley, haciendo lo que me gusta” y la última vez que sentí “el verdadero terror” fue en 2018 e incluyó a gran parte de mi equipo de trabajo mientras estábamos organizando eventos para la iniciativa de emprendimiento “Sacúdete” del gobierno nacional con el apoyo de las Naciones Unidas donde fuimos amenazados por actores del conflicto armado en una zona alejada del Magdalena Medio.
A pesar de todas las dificultades y los riesgos que he corrido, siempre me he sentido imbatible, invulnerable, de hecho inmortal porque como dice la mitología de Batman: “Como hombre puedo ser destruido, pero como símbolo puedo ser eterno”. Sin embargo todo esto cambió para siempre a partir del Covid19 donde conocí mis verdaderos límites físicos e incluso mentales; nunca había estado pendiente de términos como: saturación, ritmo cardiaco, dilatación, oxigenación, coagulación, etc. y mucho menos en cuerpo propio, pero “no hay fecha que no llegue”. Les confieso que gracias a las situaciones de riesgo vividas he dudado en lograr llegar a la famosa “muerte por vejez” e incluso pensé que algún día todo terminaría de un solo golpe, pero el Covid19 me atacó de una manera diferente, su lenta acción fue disminuyendo mis funciones y poco a poco fui perdiendo habilidad, fuerza y destreza hasta llegar a ser hospitalizado y depender de varios aparatos y del cuidado incondicional del personal médico.
Una de mis grandes satisfacciones ha sido ser capaz de rodearme de líderes con iniciativa propia y grandes calidades humanas con los que hemos aprendido a adaptarnos a los retos de los últimos tiempos para brindar los mejores servicios y apoyo a nuestra querida comunidad de emprendimiento. En los días más difíciles del Covid19 me asaltó la idea del fin, me refiero concretamente a “mi propio fin” y la mayor tranquilidad que me acompañó durante esos momentos fue dejar mi legado en las mejores manos, por esta razón sólo puedo decir: “gracias equipo“.
Los sueños se hacen realidad, se materializan en la medida en que trabajas para cumplir tus metas… En mi caso, “los sueños saben a café” y deseo poder compartir con todos ustedes un café lo más pronto posible.
Me siento honrado de estar a su servicio, conectar emprendedores es una habilidad que se ha desarrollado naturalmente en mi vida y ver el desarrollo de cada uno de sus proyectos es lo máximo; en nuestra comunidad siempre tendrán la oportunidad de compartir, preguntar, aprender y ser escuchados; cada una de sus historias es muy valiosa y nos fortalece, por esa razón siempre estaré agradecido con los que aportan su conocimiento a manera de conferencias y también con los que de manera desinteresada ofrecen respuestas a las inquietudes de los que están empezando con sus ideas de negocio. De mi parte como Developer seguiré construyendo herramientas y dinámicas propias para darle cada vez mayor reconocimiento a toda nuestra comunidad y hacer eventos con mayor calidad, por último despido este párrafo citando la famosa frase atribuida a Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé con mi vida su derecho a decirlo” para recordarles la importancia de nuestra libertad de expresión y la responsabilidad que ella nos impone.
Cada día he vivido con la gran convicción que todos tenemos un propósito superior que nos conecta y nos da energía para continuar; en estos momentos donde por primera vez veo afectadas mis capacidades físicas valoro con mayor determinación la vida de cada uno de nosotros porque sé que los emprendedores somos los llamados a generar los cambios que nuestra sociedad necesita.
Gracias a todos los que me han apoyado a superar estos obstáculos y espero que nos veamos pronto para compartir un fuerte abrazo, todavía me espera una gran recuperación pero quiero que sepan que estoy listo para dar esta y más batallas para que en conjunto logremos desarrollar más proyectos, más eventos, más hackathons y sepan que este año a través de nuestra plataforma de innovación abierta lanzaremos más reconocimientos, concursos y oportunidades para que sus Startups resuelvan los retos que el mundo corporativo demanda a gritos a nivel mundial.
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1 Comment
Solo puedo decir una cosa de Edward. Sos un crack!