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Sabemos que la transformación digital es una fase por la que muchas compañías están atravesando actualmente. La implementación de nuevas tecnologías, formas de pensar y de trabajar son vitales para llegar a ella. Sin embargo, en muchos casos existen diferentes interrogantes que deben ser resueltos para dar el primer paso, o para no fracasar durante el proceso. Por eso, invitamos a Liliana Acosta, fundadora y directora de Thinker Soul, una empresa de consultoría que conecta a las personas con la tecnología a través del desarrollo de habilidades de pensamiento crítico.
El 30% de nuestro conocimiento que tenemos debe ser digital. El 40% debe ser cognitivos y el restante debe ser de todo lo que hemos aprendido durante la vida. Así que todos tendremos que solucionar problemas mucho más complejos junto a robots que no son un fax o computador. Ya trabajaremos con equipos que funcionan con lenguaje computacional, lo que nos ayudará a impulsar la apertura al cambio y a la creatividad al momento de pensar y plantear nuevas soluciones. La principal habilidad para la transformación digital es abrirnos al cambio porque será la constante de esta nueva era.
Es el movimiento, la traducción, representación y presentación de cada sonido, imagen, video, documento, transacción y medición en un formato legible por una máquina digital y accionable. Y lo accionable nos cambia todo el significado, porque muchas personas dicen que tienen su sistema financiero en línea por escanean las facturas. Eso no es transformación digital, es tener un buen escáner.
La transformación digital es que esos archivos estén en línea y se puedan ver en muchos dispositivos. El cambio está en que cualquier empleado o cliente pueda acceder a esos documentos, que tengan un servicio de atención al cliente, entre otros. La mejor definición de la transformación digital la da Hewlett Packard al asegurar que «es un proceso que integra tecnología digital en todos los aspectos del negocio» y la complementan con cuatro estamentos: la tecnología, la cultura, las personas y la entrega de valor.
Transformación digital no es tener un CRM con clientes y enviarles correos. Tampoco es tener los procesos de la empresa en línea, tener una tienda virtual, hacer marketing digital, hostigar a los clientes con banners, tener redes sociales y actualizar el hardware de la compañía. Es mucho más complejo de lo que parece y por eso se necesita mucha precaución antes de empezar.
Un proceso de transformación digital estudia la redefinición del modelo de negocio. Si yo llevo más de 20 años con el mismo modelo de negocio, en un futuro a mediano plazo no podré seguir facturando igual. Un ejemplo claro es Telefónica que cambió su modelo de negocio de línea fija para hogar a líneas móviles para celulares.
El problema de muchas empresas es que piensen que la transformación digital es solo la tecnología. Lo que no saben es que la tecnología solo es el medio. No podemos pensar que nos vamos a transformar comprando un sistema de inteligencia artificial para después pensar cómo armo el negocio. Primero hay que definir el modelo de negocio para encontrar qué tecnología me ayudará a desarrollarlo.
Ahora, una reflexión. Si la inteligencia artificial copia nuestros modelos cognitivos para ser mejor, ¿por qué nosotros no hacemos lo mismo para ser mejores seres humanos y profesionales? Si no comenzamos a pensar ya, muy pronto las máquinas empezarán a pensar por nosotros.
Ellos tienen versiones gratuitas y pagas. En la parte gratuita hay muchos insights que son muy interesantes porque ellos viven en el futuro de los negocios, tecnologías, entre otros temas. La información es muy buena, así que nuestro compromiso es acceder a ese contenido y aprender todos los días.
No sería una transformación digital para los taxistas sino para la plataforma. Pero analicemos el problema de los taxis en Bogotá. Un día entre semana a las 6 p.m. es imposible encontrar un taxi libre en la calle o en las aplicaciones. Y si fuese un Uber, no lo encontramos o es demasiado costoso. Entonces, un verdadero caso de transformación digital sería tener un modelo de predicción para saber cuántos taxis se necesitan entre las 5 p.m. y las 8 p.m. para que todos puedan conseguirlo. Y en las horas más suaves también podríamos saber cuántos taxis pueden dejar de circular para agilizar el tráfico.
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