Evaluar y seleccionar proyectos o activos que generen un retorno positivo y contribuyan al crecimiento y desarrollo de la empresa. Esto implica identificar oportunidades de inversión que mejoren la eficiencia, productividad o rentabilidad de la organización. Estas inversiones pueden incluir la adquisición de maquinaria o tecnología más avanzada, la expansión a nuevos mercados, el desarrollo de nuevos productos o servicios, o la mejora de los procesos internos.